Un cronopio es un dibujo fuera del margen, un poema sin rimas. Eso decía Julito Cortázar el otro día entre las líneas que quedaron marcadas en mi materia gris. Cronopio entonces, vendría siendo más o menos todo.
Cronopio sería lo linda que se siente mi panza cuando te reís, los temblores en mi espalda que vienen de la música de tus dedos en mi cuello, el suspiro que desvía el curso normal del aire que brota de mi nariz. Cronopio son los botones que se desprenden en algún lado de mi edificio mientras el vecino disfruta la visión de su objeto de deseo a la luz de la luna, mientras yo me preparo un café sonámbulo. Cronopio vendría siendo todo lo que es normal que sea anormal, que tome formas. Nada es ideal, me decían hoy, pero..¿qué pasa si nuestro ideal es un cronopio?
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